Después de reponer fuerzas en Sillada y con la vista puesta ya en la tumba del Apóstol, penas a unos kilómetros de la salida está Bandeira, localidad con todos los servicios en su calle principal.
En adelante, el camino discurre por pequeñas poblaciones; ermitas, como la de San Miguel de Castro u otras dedicadas a Santiago; pequeñas iglesias románicas, entre una exuberante vegetación y setos de hortensias y camelias. Tras una fuerte bajada llegamos a Puente Ulla, en el límite de las provincias de Pontevedra y A Coruña, demarcado por el cauce del río. Lo cruzaremos por el antiguo puente, desde donde podemos observar, un poco más arriba, el famoso viaducto del ferrocarril y el nuevo trazado del tren de alta velocidad. En Puente Ulla no podemos dejar de visitar su iglesia románica de Santa María Magdalena. El río es conocido porque en él se crían las lampreas, pez muy apreciado en la cocina gallega.